Unidad de procesos populares de
Bogotá / Lunes 17 de junio de 2013
La actual situación de tensión y
protesta social que vive el Catatumbo no es más que el resultado del olvido
sistemático que el Estado colombiano ha perpetuado sobre él; la destrucción de
la economía campesina, la no garantía de derechos como la salud y educación, la
imposibilidad de acceder a servicios públicos dignos, la persecución,
estigmatización y señalamiento permanente de parte de las fuerzas represivas
del Estado, hacen que su vida, la de miles de campesinos y campesinas, sea
insoportable, llevándolos a tomar las vías de hecho y manifestarse para que las
administraciones locales, regionales y nacionales se pronuncien sobre estas
injusticias sociales.
La barbarie desatada por el
paramilitarismo y el terrorismo de Estado desde 1999 dejó marcada en la
conciencia de muchos el silencio y el miedo como forma de vida: líderes
comunales, campesinos, indígenas, estudiantes y hombres de a pie, fueron presa
de la infamia de quienes detentan el poder.
El descubrimiento de valiosos
bienes naturales ha atraído múltiples corporaciones trasnacionales, quienes
buscan saquear de manera depredadora e indiscriminada la región, generando la
degeneración de los ecosistemas, la pérdida de estos bienes y la alteración
misma de la vida de los habitantes que son producto mismo de esa naturaleza
instrumentalizada para fines egoístas y particulares.
La erradicación de manera forzada
y no concertada de los cultivos de uso ilícito lo único que genera es el
traslado de estos a otras zonas creando más deforestación y simplemente no
ataca las raíces del problema del narcotráfico; las inexistentes vías de
penetración y acceso a la región, la falta de puentes para la comunicación
veredal, añadido la extranjerización de la tierra, la creación de políticas de
agro industria, que solo agudizan la producción del monocultivo y el
latifundio, donde las saberes y la cultura campesina se ve sometida al olvido.
El desplazamiento forzado como estrategia y consecuencia de quienes se
benefician por los vejámenes de la guerra, generando pueblos fantasmas,
desarraigo territorial y retornos que solo están sujetos a la voluntad de la
población sin garantías de no repetición y reparación integral frente al
conflicto social y armado.
Todo esto articulado a propósitos
de orden institucional que pretenden el orden de la vida y la dominación
territorial: planes minero energéticos, planes militares y de consolidación,
que claramente no han sido consultados para su construcción e implementación en
la zona con los habitantes, cada uno de estos, afecta, niega y maneja a su
antojo a la comunidad del Catatumbo.
Los catatumberos y catatumberas
no pretenden ser una comunidad minera, su presente, pasado y futuro, aunque
negado, es el de ser campesinos, igualmente tienen fuertes miedos, recelos y
desconfianzas frente a la incursión de la fuerza militar colombiana y
extranjera debido al proceso histórico que han tenido en la zona, su deseo
siempre ha sido el de permanecer en el territorio y desarrollarse en él de
manera soberana y autónoma.
Es por todo lo anterior que los
campesinos, campesinas e indígenas se han organizado en la Asociación Campesina
del Catatumbo y desde allí han generado propuestas alternativas que responden
de manera integral a sus necesidades y peticiones más reales; el Campamento de
Refugio Humanitario “Territorio De Paz”, La Mesa de Interlocución y Acuerdo –
MIA, la Zona De Reserva Campesina, El Plan de Desarrollo Alternativo,
propuestas que han sido construidas desde y con las bases de la comunidad.
Es por esto que la Unidad de
Procesos Populares de Bogotá y los colectivos a su interior quienes hemos
acompañado y hemos sido parte del proceso que llevan los campesinos del
Cataumbo, levanta su voz de rechazo y repudio ante los sucesos de los últimos
días en donde se ha vuelto a violentar de manera criminal y sistemática a la
población que se moviliza en las vías de la región en el municipio de Tibú por
la exigencia de respuestas claras ante las peticiones que reiteradamente se le
han hecho al estado colombiano.
EXPRESAMOS ante la opinión
pública:
1. Que la comunidad del Catatumbo
tiene toda la legitimidad y derecho para exigir que le sean resueltos sus
problemas estructurales de carácter económico, social y cultural que llevan más
de 70 años sin ser resueltos
2. Que históricamente las
respuestas del Estado colombiano para cambiar la situación de vida de los
pobladores de esta región, han sido escasas e inútiles y solo han estado
enmarcados en violencia para estatal y agudización de las condiciones precarias
de vida atreves del silenciamiento y el olvido.
3. Que los problemas que afectan
a el campo colombiano tienen repercusiones en las ciudades, en especial a lo
referente a la soberanía alimentaria
EXIGIMOS ante el estado
colombiano:
1. Que se den Soluciones reales
integrales para la reparación y no repetición de las víctimas del conflicto
armado y social por parte del estado colombiano como único agente responsable
de esta guerra de más de 70 años.
2. Que cese la estigmatización
que se hace del movimiento campesino en declaraciones de prensa pronunciados
por integrantes de las fuerzas armadas del país.
3. Que se finalicen las
erradicaciones de cultivos de uso ilícito de manera forzada y no concertada con
la población.
5. Que se apruebe inmediatamente
la Zona De Reserva Campesina para el Catatumbo y su Plan de Desarrollo
Alternativo.
6. Que se de inicio a las
investigaciones necesarias de frente a las violaciones históricas a los
derechos humanos y ambientales cometidos en la región.
Para nuestros compañeros:
campesinos, campesinas e indígenas del Catatumbo,
La vida, porque los han matado, y
como instrumento de su muerte, la sevicia la demagogia y la persecución y aun
así, ustedes siguen escribiendo en la tierra colombiana historias de
resistencia,
La vida, porque se han enfrentado
de cara a sus enemigos, nunca se han desvanecido el amor por su libertad,
La vida, porque han utilizado
siempre los escudos del amor, la organización y la lucha popular,
La vida, porque están en sus
acciones no porque quieran, sino como respuesta a la misma acción del
depredador que los a puesto allí,
La vida, porque es allí en su
lucha y resistencia donde verán florecer y reflorecer al catatumbo atravesada
por la gestación de la alegría definitiva,
La vida, porque en el catatumbo,
se construyen y transforman los hombres y mujeres nuevas,
La vida, porque aun en medio de
sus muertos, siguen heredando su rebeldía como ofrenda a quienes llevaran su
legado, Vida, a la vida misma.
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